Arte de proximidad

Se trataba de estar en los lugares cotidianos y verlos de otra manera. Los estudiantes de arte deben aprender a mirar con otros ojos. En el recinto del colegio, todos los días se pasa por delante de la iglesia, pero no se repara en ella. Alumnos que llevan más de quince años en el colegio no se han tomado conciencia de su valía, ni se han fijado en sus detalles. Lo mismo sucede con la vecina iglesia de Santo Tomás Cantuariense, que la rodean durante los recreos.  

Con esta iniciativa, dedicada al arte más cercano, los alumnos de Arte de 2º de bachillerato, han anticipado contenidos y han puesto en valor lo que tenemos al lado. El antiguo convento de las monjas cistercienses es una joya desconocida del Renacimiento salmantino. Quedan, dentro del colegio, la iglesia y el claustro, conocido como Patio del Pino. Ahora ya lo ven de otra manera. Lo mismo sucede con la iglesia de Santo Tomás de Canterbury, una de las cinco parroquias románicas que se han conservado en la ciudad. Gracias a Rubén Legidos, reverendo de la Iglesia Española Reformada Episcopal, se pudo visitar el interior y admirar la belleza de lo sencillo.  

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