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Una cita con el arte: Salamantica Docet

En pleno centro de Salamanca se alza la Iglesia San Martín.

En pleno centro de Salamanca se alza esta Iglesia construida en el siglo XII durante la repoblación de la ciudad por iniciativa del conde Martín Fernández, en el llamado barrio de los toresanos. San Martín, conocida también como San Martín de la Plaza o del Mercado, representa junto a la catedral Vieja de Salamanca el mejor ejemplo del románico en nuestra ciudad.

San Martin no es solo una iglesia románica, es la historia misma de Salamanca. Entre los siglos XII y XIII, la ciudad fue creciendo en número debido a la repoblación, basculándose los centros de la actividad, desde el llamado Azogue Viejo y Puerta del Sol, hasta la Iglesia de San Martín, convirtiéndose así en el centro neurálgico (lo que hoy llamaríamos, la milla de oro, city, o Square Mile). A la misma iglesia se trasladaría la Casa Consistorial, origen de la actual Plaza Mayor.  Podemos imaginar el trasiego de mercaderes vendiendo fruta, carne, carbón o plata, y sobre todos los salmantinos el reloj de esta iglesia que les marcaba el paso del tiempo.

La entrada por la portada norte, junto al corrillo, nos hace presagiar los tesoros que esta iglesia nos ofrece. Denominada Puerta del Obispo se accede a ella  por una escalinata, protegida por un gran arco cuyas arquivoltas se presentan decoradas con diversos motivos vegetales y figurados, con clara influencia de la Puerta del Obispo de la Catedral de Zamora.  En la parte superior, una escultura policromada del santo titular del templo, San Martin a caballo partiendo su capa para compartirla con un mendigo, con un claro mensaje hacia los comerciantes de la plaza.

Nada más entrar en el templo, en la llamada Capilla del Conde de Grajal, se nos ofrece el visionado de un documental acerca de la construcción y características del edificio que informa de manera excepcional a todo visitante. En esta capilla se encuentra el retablo barroco que alberga los llamados mártires de Salamanca: Arcario, Provo, Eutiquio, Pasacario y Paulino.

La portada orientada al sur (que cubre una primitiva portada románica), es renacentista, construida en torno al 1590. La tercera puerta, a los pies de la Iglesia fue cegada y convertida en la Capilla del Carmen a finales del XVII por José Benito de Churriguera, redescubierta en 1958. Las arquivoltas románicas conservan parte de su policromía  que nos recuerda a la Colegiata de Toro (hay que recordar que los repobladores de esta zona eran en origen toreses).  Su visita ya justifica por sí misma el hecho de acercarnos a la Iglesia.

Las vicisitudes por las que pasó el templo, derrumbamientos, incendios, restauraciones…, se hacen patentes en el retablo de Joaquín de Churriguera, en los sarcófagos góticos, o en el coro alto y su escalera de Juan de Álava de 1516.

Como de bien nacidos es ser agradecidos, debemos hacer lo propio, agradeciendo al párroco Policarpio y a Jesús que nos dirigió la visita y nos contó mil y una anécdotas del templo. Mil gracias. Y cómo no, a Laura Ramos que realizó todas las gestiones para hacerla posible.

Marián Herrero

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Una cita con el arte: Salamantica Docet
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